En la borrosa imagen de tu abrigo negro
que de manos blancas
derramó el vástago que superó la muerte;
también hay espacio para el hijo adulto.
Al recorrer el panteón con solo nueve años
lo sabía.
Tus ojos fríos tan de niño
son los mismos del sarcófago
y de la foto en la pared.
Abuelo padre nuestro y su desprecio
No llora por el hijo muerto.
Abuelo padre nuestro dice:
hijo mío.
Y acaricia esa frente fría.
Niño hijo nieto sin llorar
camina tras tus pasos, mudo
sin llorar
porque los hombres no lloran
y cuidan la familia.
Hijo
más viejo y más lejos que su padre,
más que padre abuelo
llora por los tres ya viejo
Y dice:
Padre mío.
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