Hermano
pienso en la madeja
que el tiempo ha tendido entre nosotros
trisando los puentes y alamedas
las ciudades luminosas con sus aguas
como si todo lo que hicimos
fuera un sueño que inventamos.
Y la silenciosa madeja
pone en tu boca sonriente
palabras que no alcanzo a comprender
Hongos y raíces
doblándose en el vino,
estambres y guijarros
alzándose como dardos de amargura.
Eres lejano
y más aún en estas líneas.
Y has dormido dócil
con el itinerario de plácidos recuerdos.
Yo aún rumoreo
sumergido en la espuma
y a pesar de tanto entierro
todavía miro frente a frente como niño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario